Un largo camino que hay que recorrer; desde ahora hasta el fin.

jueves, 17 de noviembre de 2011

Mi deseo para estas navidades.

Qué increíblemente rápido parece pasar el tiempo cuando estás desocupado. No tener ninguna preocupación real, ninguna responsabilidad, es algo peligroso para una persona como yo. La inactividad me produce angustia. Además de esto, me empiezo a preocupar por mierdas que, en otro momento de mi vida, no les daría mayor importancia. Pero es lo que toca.

Bien, colegas y colegos, ya hace varios días que os comenté que os iba a contar qué quería de regalo estas navidades. Como siempre, mal y tarde, a ello me dispongo.

Lo que quiero es difícil de encontrar y ninguno de vosotros vais a ser capaces de regalármelo. Resulta que hay momentos en los que uno está cansado de amores baratos y de carretera, de banales relaciones esporádicas con (casi) desconocidas. Será porque llega la navidad, esa época tan entrañable, será porque hace tiempo que no bebo alcohol y ya mi organismo comienza a echarlo en falta o será porque soy un demente, pero necesito alguien.

Alguien. Alguien que me comprenda, alguien con quien haya complicidad. Alguien que me acaricie el pelo de vez en cuando, que me mire y me riñe por hacer alguna locura, alguien por quien levantarme con ilusión por la mañana. Alguien a la que regalarle polvorones de la Rondeña estas navidades. Alguien a quien mandarle un mensajito en nochevieja de “quiero un 2012 contigo”. Alguien que, a veces, me abrace, me bese y me haga saber que soy importante en su vida. Y hacerle saber que es importante en la mía. Estoy algo perdido y necesito un poco de estabilidad, necesito esa coherencia femenina que tanto extraño.

Y no quiero una novia, advierto. No quiero un rollo, una amiga especial. No quiero compromiso porque yo no tengo ni puta idea de qué significa eso, ni me interesa. Ni siquiera pido fidelidad. Pido un nombre y apellidos, y ya está.

No sé si es mucho pedir, pero es lo que me apetece. Estoy harto de tanto juego estúpido con prisa. Me apetece parar un segundo y mirar a alguien a la cara. Al menos durante un tiempo.

Esto no es una oferta, ni me estoy vendiendo, hijos de puta. Simplemente os cuento qué pasa por mi cabeza de chalado en estos momentos. Ahora os contaré otra cosa.

1 comentario:

  1. Me encanta :) Yo también he sentido alguna vez la necesidad de encontrar a alguien así, especial...

    ResponderEliminar