Un largo camino que hay que recorrer; desde ahora hasta el fin.

domingo, 13 de marzo de 2011

"Aaaaaahggg" 2.0

No es que Ezekié sea especialmente patoso y propenso a sufrir caídas aparatosas como la que más abajo os relato. Más bien, todo lo contrario. Pero sí que sufre de ataques psicóticos que, alguna que otra vez, provoca la caída de algún diente, la rotura de un pie o una enorme quemadura en la pierna. Es así, no hay remedio.

Esta historia ocurrió en la Jara, cómo no. Nos encontrábamos en frente del Tritón, justo en el pequeño puente de acceso al campo de mi tía. Recuerdo que estábamos Germán, Galán, Ezekié, claro, y yo. Habíamos ido en moto para echar la tarde allí, para matar el tiempo. O más bien para que el tiempo nos matase a nosotros, con litronas, tabaco y aliños varios.

Lo que ocurrió, fue tan surrealista y tan rápido, que me costó entenderlo. Me encontraba yo justo en la puerta del Tritón, hablando por teléfono con una persona cuyo nombre no mencionaré, aunque probablemente ella misma se acuerde de ese día. El asunto es que yo, en ese preciso instante, estaba recibiendo la noticia de que mi amor era correspondido, y fue justo en ese momento, cuando empezaba a digerir las palabras que había recibido, cuando me disponía a, probablemente, escupir alguna de mis frases, o quizás a reír de alegría (o llorar), cuando, de repente, a dos metros de mí, por la carretera, pasó una moto a no menos de 70 Km/h. Era mi moto. En ella, conduciéndola, Germán. Atrás, Ezekié. En el punto exacto en el que se cruzó por delante mía, Ezekié, conducido por uno de esos brotes psicóticos, se le ocurrió la brillante idea de saltar hacia detrás, probablemente para sentirse como un tomate que se lanza desde una altura de veinte metros. Claro, cayó de pie en la carretera, pero apuesto a que solo la punta de sus pies rozó durante una milésima de segundo el asfalto, para que, entonces, la inercia y la velocidad que llevaba en la moto hicieran de las suyas. Ezekié cayó al suelo, boca abajo, a 70 Km/h. La reacción, la típica: para evitar un ridículo mayor, se levantó inmediatamente y fue a sentarse donde se encontraba Galán. El resultado de la caída, una conmoción, un aturdimiento, un agujero en el pantalón, una gran herida en la rodilla.

Bravo, Ezekié, estupendo.

1 comentario:

  1. Brutal ese día xDD
    He de decir a mi favor, que ya habia saltado minutos antes en movimiento y el resultado fue bastante diferente, pero a menos velocidad, claro está.

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