Las historias más bonitas son, también, las más complejas y, por ello, las más difíciles de vivir. Hay que tener mucho valor, conllevan tanto sacrificio... A veces, nos conformamos con vivir otras cosas que actúan como una cura sintomática, aunque en el fondo sepas que esa enfermedad es crónica e irreversible.
No hay comentarios:
Publicar un comentario