Changes.

Observando como el sol se escondía tras el horizonte, comprendí que no era el sol el único que desaparecía. También lo hacia el verano, las vacaciones. No fue precisamente tristeza la sensación que recorrió mi cuerpo, sino más bien indiferencia. No echaré de menos estas tediosos y apáticas vacaciones, en las que todos los planes que hicimos se desvanecieron como el humo de un cigarro. Cigarros y cerveza sí que ha habido en abundancia y, entre otras cosas, es lo único que merece la pena recordar de este verano.

Hemos pasado muy buenos momentos este verano, hemos consolidado nuestra amistad, consagrando así El Mojito Moreno. Buenos momentos como todas las noches que hemos ido a casa de Blanca, con las charlas en la oscuridad, los baños nocturnos (sin ropa) en la piscina… Como la noche de la barbacoa del 15, en la cual creo que logramos reunirnos todos. Una gran noche que acabó, como no podía ser de otra manera, en casa de Blanca. La noche de gorroneo en Palcos, mítica. La fiesta de despedida de Carol, inolvidable. Los numerosos partidos que hemos jugado, las tardes en Chipiona, las noches en la Orilla.

Un verano que recordaremos dentro de no mucho, no por la diversión que lo caracterizó, sino por ser una etapa de pura transición, entre el verano y el otoño, entre Sanlucar y Sevilla, entre la adolescencia y una etapa de madurez en la que no sé qué seremos y qué haremos. Me gustaría darle la enhorabuena desde aquí a todos los Mojito Moreno que han sacrificado gran parte del verano para poder aprobar en Septiembre. Y a Ismael, que ha currado todo el verano para poder costearse sus estudios. Ese acto te honra, tío, estamos orgullosos de ti.

El sabor agrio a este revuelto que ha sido el verano, lo aporta la marcha de Carol. Ha sido tan rápido, tan extraño, que creo que ninguno de nosotros ha digerido aún que Carol ya no estará con nosotros cada vez que nos reunamos. Ha sido tantas horas, tantos meses, años juntos, en los que hemos vivido tantas cosas, que me parece cruel por parte del destino que tengas que marcharte ahora. Sólo espero que te lo hayas pasado muy bien con nosotros, que hayas aprendido muchas cosas y que no te arrepientas de haber sido un Mojito Moreno. Lo seguirás siendo toda tu vida.

Por mi parte, un verano algo extraño, poco activo y, en algunos momentos, bastante aburrido. Pero todos los veranos de mi vida son el mejor si lo paso con vosotros.

Habría otros asuntos personales que mencionar sobre el verano, pero lo haré más adelante.

Como dije antes, no sé qué seremos en un futuro, aunque si tengo clara una cosa: quiero ser un Mojito Moreno hasta el día de mi muerte.

Un abrazo y que vivamos nosotros, cojones!